
Una escultura de la artista Parvine Curie ingresa en el Museo gracias a una donación.
La donación, realizada por Antonio Sagnier, contribuye significativamente a la formación de la colección de arte catalán de posguerra y segunda vanguardia
La escultura Première mère, una obra de 1969-70 de Parvine Curie (Nancy, 1936), fue adquirida por el coleccionista Antonio Sagnier con la intención de donarla al Museo para contribuir al enriquecimiento de la colección de arte catalán de posguerra y segunda vanguardia, que se está conformando. Se trata de una escultura en bronce característica del estilo de Parvine Curie en su plenitud. En la línea de la escultura abstracta de Oteiza, Chillida o Barbara Hepworth, la artista explora el potencial expresivo del objeto tridimensional: volumen, masa, superficie y vacío. Curie aporta a este planteamiento geométrico una dimensión simbólica con la referencia a la maternidad, a través de estructuras arquitectónicas que evocan casas o edificios de gran solidez que protegen su núcleo interior, un tema recurrente en su obra.
Recientemente, la obra de Parvine Curie se ha incorporado a la colección permanente del Centre Pompidou de París, que también la ha incluido en la exposición Elles font l’abstraction. Asimismo, el MNAC ha ingresado recientemente varias obras de esta artista: una serie de tres esculturas de cerámica a través de la Colección Nacional de Arte Contemporáneo de la Generalitat de Catalunya, y una serie de dibujos donados por la propia artista. En ambos casos se trata de obras correspondientes a su primera época, cuando vivía en Cataluña y aún firmaba con el nombre de Arlette Martí.
Francesa de origen iraní, Parvine Curie vivió, trabajó y estableció profundos vínculos con Cataluña, adonde llegó en 1956. Esta parte de su carrera quedó soterrada debido a que la artista realizó sus primeras exposiciones bajo el nombre de Arlette Martí, que posteriormente cambiaría por el seudónimo de Parvine Curie. Fue el descubrimiento del arte románico lo que la llevó a viajar por Cataluña e instalarse en Barcelona. La influencia del románico de Sant Pere de Rodes es clave en su obra. En Barcelona, montó su primer estudio en la Casa de les Punxes y más tarde tuvo un segundo estudio frente a la iglesia de Santa Maria del Mar. Amigos fotógrafos como Xavier Miserachs o Colita la retrataron, dejando constancia de un espíritu de libertad y creatividad muy particular, especialmente en su producción de máscaras de cerámica o de materiales encontrados, de carácter imaginativo y monstruoso. En 1969, Parvine Curie se instala en París, y a partir de ese momento su obra y su carrera alcanzan su plenitud. Sin embargo, la artista ha mantenido un vínculo constante con Cataluña, y desde los años sesenta pasaba los veranos en Cadaqués, donde el arquitecto Lanfranco Bombelli diseñó su taller. Su hijo, el poeta y artista David Martí (1960-2007), fue una figura destacada en la bohemia del pueblo ampurdanés.
En 1999, se llevó a cabo una exposición de su obra en el Monasterio de Pedralbes y en la Galería Maeght de Barcelona. El MNAC también ha expuesto sus obras en las exposiciones Maternasis (2022) y Quina humanitat? (2023).